sábado, 23 de enero de 2010

De Puño de Hierro a Blandengue


"Eso Sería Justicia". Así remataba sus mensajes de campaña don Porfirio, "Pepe" Lobo, durante la contienda electoral 2005. Favoreciendo la pena de muerte, el trabajo forzado de los reclusos y penas muy severas, don Porfirio se mostraba como un hombre firme, con un puño de hierro y sin guante de seda.

Hoy vemos en él a un apaciguador. Habla de paz y reconciliación, perdón y unidad. Me parece bien. Es más probable que un pensamiento prudente nos guíe hacia una acción inteligente.

Sin embargo, apaciguar no suele funcionar como se espera. Colombia intentó apaciguar a los insurgentes durante décadas, y solamente logró avivar el fuego. Jimmy Carter quiso apaciguar a la floreciente Revolución Islámica en Irán, y consiguió que mancillaran su embajada en Teherán y humillaran a su gobierno. Y todos saben lo que sucedió cuando Neville Chamberlain cedió a todas las exigencias expansionistas de Adolf Hitler durante la Conferencia de Munich.

Apaciguar no es buen negocio. Envalentonamos a los fanfarrones y ofendemos a los vilipendiados.

Por supuesto que el nuevo gobierno tiene que hacer concesiones. Debe demostrar que quiere fortalecer la democracia, que está dispuesto a dialogar, a buscar la reconciliación nacional. Tiene que dar señales claras de ser un gobernante compasivo y tolerante, y que es un intérprete de los anhelos y expectativas de la nación.

El acuerdo que suscribió el presidente-electo en Santo Domingo nos ofende a muchísimos hondureños. Lo suscribió sin ser presidente, y con vigencia a partir de su firma, sin que se considere la ratificación legisltiva. Más grave aún, pone en precario a su gobierno al pronunciarse a favor de dejar salir a don Manuel Zelaya de Honduras, sin las restricciones que la institución del asilo pondría a su futura actividad política.

Ya lo anunció don Manuel: se trasladará a México para desde ahí cavar una trinchera desde la cual continuar con su proyecto constituyente.

Don Porfirio debió exponer ésta y muchas otras circunstancias antes que ceder blandito a todas las presiones que seguramente le hicieron. No dudamos que hubo presiones. Entendemos que hayan intentado torcerle el brazo, y asi se observa del lenguaje corporal de quienes aparecen en las imágenes del acto de firma del convenio.

Lo que sucede es que ante el standard de decoro y pundonor nacional que nos ha dejado don Roberto Micheletti, queremos a un hombre prudente y pragmático a la cabeza del gobierno. No a un blandengue. Esperábamos que don Porfirio se tomara su tiempo y se mostrase flexible pero firme; que tuviera la habilidad y el carácter para saber en qué decir NO.

He dicho antes que hay que esperar a que el gobierno tome posesión y comience a hacer lo propio. Desear su exito. Pero habiéndose pronunciado don Pepe en el sentido de que hay dos presidentes y actuando como si él es uno de ellos cuando aún no lo es, torna necesario adelantar las críticas que sobre su gobierno deben hacerse.

Si es tan blandengue, ¿qué podemos esperar de su conducta cuando sus funcionarios sean cuestionados y se sospeche que son corruptos? ¿será compasivo con ellos? ¿cómo explicar que pretenda nombrar en importantes cargos a funcionarios que desde hace años están cuestionados intensa y ampliamente? ¿les ofrecerá salvoconducto si los acusa el Ministerio Público y la conciencia nacional?

Eso, ¿sería justicia?

miércoles, 20 de enero de 2010

Quebrarse los Dientes y Agachar la Cabeza




Durante casi ya siete meses, Honduras ha asumido como nunca antes, una postura que ha sorprendido a todo el mundo. Incluso a los hondureños.

Siempre dependiente de créditos, dádivas y cooperación, de la noche a la mañana Honduras ha debido reorientar la financiación de su déficit mediante el endeudamiento interno, y los prestamistas nacionales han tenido la capacidad para financiar el gasto público.

En el sector privado, los cambios también han debido realizarse prontamente. Ante el aislamiento, la promesa de mayor calidad ha contribuido a que el consumidor prefiera productos hondureños. Por su parte, los empresarios buscan soluciones creativas a sus dificultades.

En lo político, Honduras se ha dado el lujo de plantarse ante los "grandes" y decir que no. Y ese "no" fue verdaderamente, NO. Y no ha sido por capricho. Honduras se ha dado cuenta que aunque de valor geoestratégico muy grande, nuestro aliado más importante nos ha visto como deshechables, apostando a la debilidad de la economía venezolana.

Hoy, el hombre a quien elegimos presidente, nos dice, "¡No crean que podemos salir adelante!" "Lo que dije sobre triunfar, ¡Era de mentiritas!" "¡Si no bajamos la cabeza, nos sopapean!"

Teniendo la confianza del pueblo hondureño para gobernar con una mayoría sin precedentes, a don Pepe no le basta nuestro apoyo. No somos suficientes para él. Él necesita que la Comunidad Internacional le aplauda. Por eso no quiere a don Roberto en el Estrado, porque prefiere desligarse y decir que él no tuvo nada que ver en el 28 de junio.

Ahora, dará salvoconducto a Mel Zelaya para que salga como "Huesped Distinguido" y no como asilado. Sin las restricciones que impone la institución del Asilo, el ex-presidente tendrá libertad plena para, con el apoyo del ALBA, preparar una actividad política que no traerá beneficio a los pobres, sino más incertidumbre, y quizá, más tensiones.

Nuestro futuro presidente parece estar navegando hacia donde sople el viento. Sin compás, astrolabio ni sextante, rechaza el GPS que le regaló el pueblo hondureño. Corriendo acudió al llamado que le hicieran desde la Dominicana para ir a someterse a la voz imperiosa a la que teme y ante la que se acobarda.

Si es así, don Pepe, ¡COMA MIERDA!

¡Vendrán Tiempos Mejores!

¡Vendrán Tiempos Mejores!
A few clouds over an overwhelmingly blue sky